30.3.12

DISCURSO DEL OSO Julio Cortazar



Discurso del Oso
Soy el oso de los caños de la casa, subo por los
caños en las horas de silencio, los tubos de agua caliente, de la calefacción,
del aire fresco, voy por los tubos de departamento en departamento y soy el oso
que va por los caños.Creo que me estiman porque mi pelo mantiene limpios
los conductos, incesantemente corro por los tubos y nada me gusta más que pasar
de piso en piso resbalando por los caños. A veces saco una pata por la canilla y
la muchacha del tercero grita que se ha quemado, o gruño a la altura del horno
del segundo y la cocinera Guillermina se queja de que el aire tira mal. De noche
ando callado, y es cuando más ligero ando, me asomo al techo por la chimenea
para ver si la luna baila arriba, y me dejo resbalar como el viento hasta las
calderas del sótano. Y en verano nado de noche en la cisterna picoteada de
estrellas, me lavo la cara primero con una mano, después con la otra, después
con las dos juntas, y eso me produce una grandísima alegría. Entonces
resbalo por todos los caños de la casa, gruñendo contento, y los matrimonios se
agitan en sus camas y deploran la instalación de las tuberías. Algunos encienden
la luz y escriben un papelito para acordarse de protestar cuando vean al
portero. Yo busco la canilla que siempre queda abierta en algún piso; por allí
saco la nariz y miro la oscuridad de las habitaciones donde viven esos seres que
no pueden andar por los caños, y les tengo algo de lástima al verlos tan torpes
y grandes, al oír como roncan y sueñan en voz alta, y están tan solos. Cuando de
mañana se lavan la cara, les acaricio las mejillas, les lamo la nariz y me voy,
vagamente seguro de haber hecho bien. Julio Cortázar (De Historias de
Cronopios y Famas)